Tampoco entiende que no entiende

Hace 5 años, The Economist publicaba un artículo sobre el entonces presidente Peña, subtitulado “El presidente que no entiende que no entiende”. Este artículo hacía referencia a que Peña y su equipo no se daban cuenta de lo mal que estaban los conflictos de interés en los que estaban metidos con sus contratistas favoritos y las propiedades y Casas Blancas que les habían dado. Su no entendimiento o cinismo fue claro y también representativo de su gobierno. Cinco años después la historia se repite de algún modo. El presidente López, quien ha prometido una transformación de proporciones históricas cae en el mismo error y termina no entendiendo que no entiende, no cegado por la corrupción y cinismo como Peña y compañía, pero sí por su protagonismo, soberbia, paranoia y terquedad.

En menos de año y medio, el presidente López no entiende que la corrupción no se acaba por decreto personal. Tampoco entiende que él no puede considerarse libre de corrupción, ni “autoridad moral”, si a la vez se hace de la vista gorda de los corruptos que le rodean.

El presidente López no entiende que la labor de un presidente no es divir y polarizar a la población entre los que están con él ciegamente y los “fifis” o supuestos conservadores que se atreven a pensar distinto a él. No entiende que debe gobernar para todos.

El presidente López no entiende que la campaña política ya terminó, y que es hora de gobernar y no seguir acaparando el reflector o el apapacho y aplauso del “pueblo bueno”. Si el tiempo dedicado al micrófono durante sus “mañaneras” lo usara para resolver problemas de política pública, otra cosa sería.

El presidente López no entiende que necesita del sector privado para generar crecimiento económico, inversión y empleos. Su golpe al proyecto del NAICM fue la primera de muchas señales malas de que el capital privado no tiene certeza para operar en México.

El presidente López no entiende que los feminicidios son un problema serio y que las protestas de las mujeres deben atenderse con compromiso y seriedad y no tomarlas como esfuerzos de sus adversarios para debilitarlo. Absurdo.

El presidente López no entiende que lo que pasa fuera de México sí importa e importa mucho. Para muestra el botón del coronavirus y la crisis económica que le ha acompañado.

El presidente López no entiende que la crisis del coronavirus requiere de un líder consciente del riesgo y listo a tomar las medidas necesarias para proteger a los ciudadanos que gobierna. No entiende que debe poner el ejemplo y dejar su campaña política para trabajar en evitar lo que ha pasado en otros países. Mientras él se la pasa a toda madre en sus eventos proselitistas, hay un país al borde de una crisis de salud y económica.

En fin, el presidente López no entiende que no todo se trata de él. Las mujeres y hombres que históricamente han transformado al país lo hicieron con una visión que los trascendía. Desafortunadamente, al presidente López sólo le importa López y no ha podido salir de sí mismo y su protagonismo. El presidente López no entiende muchas cosas, pero sobre todo, al igual que Peña, López no entiende que no entiende.

Un comentario

  1. pero y qué pasa si si entiende…

    que pasa si lo hace con conciencia, qué pasa si lo hace siguiendo el manual del maravilloso «foro de sao paulo». El presidente no está inventando nada que no se haya visto en latinoamérica en los últimos años.

    entonces qué pasa si si entiende?

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    • Mil gracias Héctor por tus comentarios y reflexiones atinadas. Yo creo que muchas cosas sí las hace a conciencia y a propósito, desde su forma de hablar, su forma de generar división social, su forma de acaparar y dictar la agenda pública con sus mañaneras. Pero también creo que ha perdido contacto con la realidad, con lo que necesita hacer, con su responsabilidad como presidente. Pareciera que la presidencia que buscó por tanto tiempo y con tanto anhelo, sólo la puede llevar del modo en que la soñó, y que el guión de ese sueño nadie se lo puede cambiar. López pareciera llegó para gobernar y «trascender» como él lo había pensado y no como la situación actual se lo requiere…

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